La banda cordobesa llegó, actuó (con el Teatro a rebosar) y venció. Vuelven con un doble álbum bajo el brazo, “El sueño eterno”, el vigésimo-segundo disco de estudio, ahí es nada, de su prolífica y exitosa carrera. Damos todos los detalles de esta nueva descarga de uno de los combos más poderosos del rock en nuestro país.

MEDINA AZAHARA – Teatro Nuevo Alcalá (Madrid), Lunes 12 Febrero 2024 

MEdina Azahara

El incombustible Manuel Martínez a la voz, más los siempre espléndidos Paco Ventura a la guitarra y Manuel Ibáñez en los teclados componen el núcleo duro de un grupo que no da su brazo a torcer y que se bate el cobre contra viento y marea en los difíciles tiempos actuales. Apoyados por Álvaro Coronado al bajo y el nuevo miembro Fernando Prats a la batería, dejaron un excelente sabor de boca en una función donde no se vio nada nuevo bajo el sol, con excepción de las sorpresivas canciones de su último trabajo “El Sueño Eterno”, que abrieron fuego en una velada muy propicia para el mejor rock melódico en lengua castellana.

Con el rocanrol festivo de “Todo el mundo en pie” arrancó un show que tuvo intensas sensaciones en el primer tramo con temas muy punteros de su última creación: “Somos”, “Una vida ideal” y “La noche es para los dos”, antes de enarbolar un intenso canto anti-militarista y contra la guerra (y los tiranos) en general, con las estupendas “Hijos de la guerra” y “Dame fe”. Deseosos estábamos que sonaran también las maravillosas “Niños” o “Hijos del amor y de la guerra”, ambas pertenecientes al maravilloso álbum “Sin Tiempo” (1992) probablemente su mejor plástico de las últimas décadas y que tuvo un enorme impacto en su momento. Pero fue en vano y nos quedamos con las ganas de tan bellas y apreciadas composiciones. Quizás este verano podamos escucharlas cuando desarrollen conciertos más largos en las Fiestas Patronales.

“La Radio”, “Almalucía” y la preciosa “Busca una salida” pusieron fin al extenso repaso que hicieron de su última criatura. Y tras ellas llegaron los clásicos por excelencia de MEDINA AZAHARA, como no podía ser menos… Un  estupendo recorrido por una banda sonora que ha alumbrado nuestras vidas y con canciones tan asentadas y asumidas por todos nosotros como “Paseando por la Mezquita”, “Solo y sin ti”, “Siempre estarás en mi” fueron sumando cuentas en el dorado camino de baldosas amarillas por el que suelen transitar, sumando baladas y medios tiempos a un set de terciopelo que continuó al ritmo de “Palabras de libertad”, “No quiero pensar en ese amor “ o la emblemática “Córdoba”, dedicada al alma profunda de “cristiana blanca y reina mora” de la ciudad que les vio nacer. “Todo tiene su fin” (de LOS MÓDULOS) un corte que suelen utilizar para echar el telón, marcó el tramo final, donde sonaron “El sueño eterno”, y las sempiternas “Necesito respirar” y “A toda esa gente” pusieron el broche final.

MEdina Azahara

Muchas y grandes gemas se quedaron en el tintero para mejor ocasión, pero dado lo extenso de su discografía, hemos de convenir que el balance de temas fue bastante bueno, en casi dos horas de brillante trasiego y que pusimos disfrutar además de una rutilante colección de guitarras Gibson Flying V (las míticas hachas con punta de flecha) a cargo del inefable Paco Ventura, que cada día está más fino y entonado, como si el tiempo no pasara por sus dedos. En fin, poco más podemos añadir de una velada que nos dejó bastante satisfechos, pero con un agudo resfriado como daño colateral.

Esperamos repetir pronto y que los dichos virus se vayan a hacer puñetas durante esta primavera que está al caer pero que se nos resiste como ciertos clásicos de nuestros protagonistas.

Texto y fotos: Fran Llorente

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