Intro general y Primera Jornada del GALIA METAL FEST II – Viernes
Ya estuvimos el año pasado y por supuesto este año no íbamos a faltar a la nueva edición del Galia Metal Fest. Os contamos en este primer artículo de la jornada del viernes (y una intro genérica), y en el segundo, la del sábado.
Galia Metal Fest II (Pozal de Gallinas, Valladolid) – Primera Jornada:
Intro: El festival
Esta segunda edición del Galia Metal Fest despertaba notable interés. Por un lado, exhibiendo un cartel ciertamente meritorio para un festival pequeño, donde un puñado de bandas españolas muy interesantes se mezclaban con otras extranjeras ciertamente atractivas. En otro orden de cosas, también nos despertaba la curiosidad la visita a un pueblo pequeño de Valladolid (Pozal de Gallinas) que personalmente no conocía, y su emplazamiento en los últimos años dentro del panorama general de la escena metálica en España.
Ello es posible por el buen hacer de la asociación cultural Amigos de La Atalaya (lógicamente, a la que hay que sumar el apoyo y buen hacer posterior de ayuntamientos, promotores, empresas, etc…), que a falta de un festival heavy sacan para adelante nada menos que dos al año: el Atalaya Rock en otoño y este Galia Metal Fest en primavera, en un rincón poco transitado de la España rural. Sólo por ello el aplauso es merecido ya desde el primer momento. Sin olvidarnos del trabajo del promotor Kivents, que auspicia el festival…
Además, no querría olvidar tampoco la buena acogida y simpatía de los vecinos hacia los metaleros, colaborando varios de ellos en barras, merch y demás actividades necesarias, a lo que habría que sumar los dos bares y los dos supermercados que, en una localidad de 555 habitantes censados, puede decirse que formaban también parte del propio festival. Incluso viví la anécdota personal de saludar a un caballero de 84 años que, rompiendo tópicos, se mostraba muy contento por el éxito de estos eventos con muy buenas palabras para los heavies. La “España vacía” del interior y el Metal colaborando para crear sinergias y beneficios mutuos. Sin duda, éste es un buen camino para el Futuro.
Para aquellos que no hayan estado nunca, destacar que el festival se desarrolla en el polideportivo municipal de Pozal de Gallinas, un espacio más que digno, cubierto, con baños, y que cumple su función a las mil maravillas. Además, hay que añadir el recinto de oficinas, camerinos para los artistas, administración y la siempre relevante zona de acampada en la piscina municipal aneja al pabellón. Esta circunstancia provoca que dicha zona de acampada se encuentre en un terreno llano, vallado, vigilado 24h, sobre césped y arbolada… Es decir, que gracias a todo ello nos hallamos ante una de las mejores zonas de acampada de un festival español (ndr: vale, en un festival mediano/pequeño pero ya podrían aprender muchos de sacar el máximo partido a los recursos disponibles).
Cabría objetar quizás, por parte de los más exigentes, su no demasiado amplia extensión, pero lo cierto es que el espacio sobró ante la decena larga de tiendas que acamparon allí este año (muchos asistentes duermen en hostales en los vecinos Medina del Campo y Olmedo, cuando no directamente en los coches), por no recordar las solamente tres del pasado, con unas condiciones meteorológicas mucho más adversas. Por si fuera poco, en el bar de la piscina/acampada se desplazaron también este año desde Madrid varios de los camareros del célebre The Sinner de los Bajos de Argüelles, con lo que la buena música y las bebidas a buen precio (y comida) no faltaron tampoco.
A ello hay que añadir dos amplísimas zonas de aparcamiento a ambos lados del recinto polideportivo-piscina, a no más de 100 m. de la entrada física al festival. Eso en el caso de no aparcar en la misma puerta, como fue mi caso los dos días, ya que en la misma calle también se podía aparcar. En suma, todo facilidades en un festival muy cómodo, útil, abarcable y manejable.
Por otro lado, y totalmente en contraposición con el año pasado por las mismas fechas, en general las condiciones climatológicas durante el festival fueron óptimas, gozando de un fin de semana de sol y calor a modo de paréntesis entre dos semanas lluviosas y frías. El viernes soplaba aún un viento algo frío que originó una noche fresca aunque sin exagerar; mientras que el sábado pudimos disfrutar de un tiempo francamente magnífico. Eso no hizo sino redundar en el éxito del festival y en el consumo de las barras, bares y supermercados del pueblo.
Primera jornada – Galia Metal Fest (viernes 12 abril):
La jornada inaugural del festival se presentaba a priori un poco como el “hermanito menor”, no por la calidad o el prestigio de las bandas (ahí teníamos nada menos que a AVALANCH, DEBAUCHERY, ZENOBIA o DARK MOOR, entre otras) sino por la afluencia de gente desde otros puntos de España (Madrid, Valladolid, etc…) a tiempo. En ese sentido, yo mismo me perdí a SURVAEL, banda encargada de disparar el pistoletazo de salida del evento.
Creedme que lo lamento porque el estilo que practican estos madrileños (Epic Pagan/Folk Metal) es sin duda uno de mis preferidos, pero no pude llegar a tiempo. En fin, otra vez será… Quizás (y ya lo dijimos el año pasado), empezar un viernes laborable de abril a las 15:25, con gente aún saliendo de sus puestos de trabajo, no es la mejor idea.
TEMPERANCE:
Rondaban las 16:15 cuando salieron a escena los italianos TEMPERANCE, primera banda internacional del fin de semana. Tenía ganas de ver su actuación ya que les llevaba siguiendo cierto tiempo, y no me desagradaron en absoluto. Practican un Metal melódico con tintes Power. En la línea de las grandes bandas del estilo, alternan la dulce voz de su frontwoman Alessia Scolletti con las voces más graves y guturales de Michele Guaitoli. Iniciaron con el que quizás sea su tema más famoso, “The last hope in a world of hopes”, cerrando tres cuartos de hora después con su otro himno: el tema epónimo de su último álbum, el bello y pegadizo “Of Jupiter and moons”, que se me quedó en la cabeza durante algunas horas.
Estuvieron simpáticos, divertidos y cumplieron a la perfección su rol en un festival que iba tomando cuerpo paulatinamente. El tiempo dirá si estamos ante una banda con proyección internacional o un mero clon italiano y pasajero de las bandas señeras en este estilo, pero madera tienen.
DAERIA:
A las 17:00 aparecieron sobre el tablao de Pozal de Gallinas una de las bandas que a la postre más me gustaron de todo el festival: los barceloneses DAERIA. Formados a partir de una escisión de la banda DÖRIA, de donde provienen el guitarrista Víctor Vázquez y la bajista Laura Moral, aunque reforzados con nuevos miembros presentaban su primer álbum “Fénix” (con premeditados ecos del renacimiento asociados a este ave) bajo este nuevo nombre.
Guitarras afiladas, voz aguda a cargo de su simpático vocalista Ángel Ortiz y Heavy Metal clásico a raudales durante tres cuartos de hora durante los que desgranaron la práctica totalidad de su larga duración, destacando temas inspirados en el género fantástico de masas, como “Laberinto” (guiño al mítico y ochentero film protagonizado por David Bowie y Jennifer Connelly, que por cierto vi de nuevo recientemente en cine, qué casualidad) o la vampírica “Lestat” (como no, dedicada al célebre “chupasangre” creado por la pluma de Anne Rice).
Como colofón, su single, dedicado asimismo a otro personaje inolvidable de la Literatura de fantasía: la “Reina de corazones” de Lewis Carroll y su gusto por la decapitación… Excelente actuación para una banda muy prometedora, a la que habrá que seguir la pista de su “Esto empieza Ahora Tour 2019” durante los meses venideros, que le llevará a plazas tan significativas para el Metal español como el Leyendas del Rock, entre otros.
EVIL IMPULSE:
Cambio de tercio en el Galia Metal Fest de la mano de EVIL IMPULSE, banda de Ciudad Real con letras en inglés que practica un contundente Metal rayano en el Hardcore con todas las etiquetas que se le quieran poner (Groove, Southern, etc…).
Defendieron sobre todo temas de su último trabajo “The unbroken ritual” repartiendo bastante estopa a una audiencia que comenzaba ya a ir siendo relativamente numerosa, y que mostraba unas más que evidentes ganas de fiesta. Saltos y energía durante 40 minutos que nos llevaron hasta las 18:45…
SERENITY:
Para ser honestos, poco vi de la siguiente banda, los austriacos SERENITY, ya que en un festival no todo son conciertos. Estos tiroleses practican un Metal melódico/sinfónico tendente hacia el progresivo cantado en la lengua de Shakespeare, y supieron meterse al público en el bolsillo con su buen hacer, en gran parte por el carisma de su vocalista Georg Neuhauser, quien acumulaba fotos y abrazos bajo el escenario tras su actuación.
Desgranaron temas de toda su discografía, centrándose no obstante en su más reciente “Lionheart” de 2017. Una gran banda europea para un festival en plena expansión.
DARK MOOR:
Pocos minutos pasaban de las 20:00 cuando apareció DARK MOOR sobre el escenario, liderados como siempre por Enrik García (guitarra). Personalmente tenía ganas de verles puesto que aunque nunca les he seguido demasiado de cerca. Siempre me han parecido una banda innovadora y arriesgada, muy técnica y quizás, como muchas otras de nuestro país, algo infravalorada. La primera vez que les vi fue nada menos que en mi primer festival, aquel lejano Rock Machina de 2002 con Elisa como vocalista. Lógicamente después de diecisiete añazos, once discos y diferentes cambios de formación a sus espaldas la banda ha evolucionado sobremanera.
Su hora casi exacta de actuación fue ecléctica, en el sentido de combinar temas clásicos (mi preferido: “First Lance of Spain”, dedicado nada menos que a Diego de León, la “Primera lanza del Reino”, militar liberal alzado en armas contra la Regencia del general Baldomero Espartero en 1841) con otros más actuales provenientes de su último trabajo “Origins”, más volcado hacia la música Folk/”Celta”, sin perder nunca su exquisita ejecución técnica.
En el debe de esta banda, y es una opinión totalmente personal y quizás por ello intransferible, es que tanta técnica redunda en menos rabia y mala leche sobre las tablas, si bien su vocalista Alfred se esforzaba en levantar al respetable. En fin, para gustos colores y sin duda se trata de una banda, como ya he señalado antes, infravalorada dentro de la escena metálica española.
AVALANCH:
Pasaban pocos minutos de las 21:30 cuando, ante un público ya numeroso que podría rondar aproximadamente las quinientas personas, aparecían sobre las tablas los cabezas de cartel de la jornada. Nada menos que unos renovados AVALANCH con el inconfundible Alberto Rionda a la cabeza. La música en definitiva son sentimientos y esta banda, como cualquier otra, puede gustar más o menos pero resulta innegable que a día de hoy son una auténtica apisonadora sobre el escenario.
Cuajaron dos horas de actuación simplemente extraordinaria, desgranando los principales éxitos de su ya nutrida discografía mientras los intercalaban con espléndidos solos, en turno rotatorio. En ellos, gigantes como Mike Terrana, Jorge Salán o el flamante fichaje Dirk Schlachter, bajista de los teutones GAMMA RAY, daban descanso a sus compañeros de filas mientras nos maravillaban a todos con su dominio técnico. El vocalista Israel Ramos cumple a la perfección su rol rayando a gran nivel como punta de lanza de la banda, mientras que el teclista Manuel Ramil se mostraba muy simpático y participativo además de ejecutar también con nota sus partes. Y, ¡cómo no!, el alma mater Alberto Rionda a su guitarra, representando la continuidad del grupo a través de los años.
Reconozco que esta banda nunca me apasionó demasiado en los días de Víctor García ni de Ramón Lage, pero tuve ocasión de verlos ya con la nueva formación (con la salvedad de Magnus Rosen aún al bajo) el 11 de agosto de 2017 en el Leyendas del Rock, y ahí ya quedó claro que el salto adelante era una realidad. En aquel momento, empero, repasaban (o mejor, reinterpretaban) los grandes éxitos de la discografía anterior de la banda haciendo hincapié en “El ángel caído”, con invitados como Carmen “Xina” (ex OKER, y que algunos esperábamos, sin éxito ver aparecer también por Pozal de Gallinas).
En esta ocasión, sin embargo, presentaban su último trabajo, aparecido este mismo 2019 y titulado “El secreto”, primero desde 2011 y por tanto el “debut” del nuevo formato de la banda, dentro de una gira europea en toda regla. En ella, además de fechas en territorio nacional han recorrido países como Francia, Países Bajos, Suiza, Alemania, Italia, Austria o la República Checa (en gira conjunta con RHAPSODY OF FIRE), donde las bandas españolas no se prodigan demasiado. Así en efecto, abrieron con su single “El oráculo”, a la que siguieron otras como “Demiurgo”, aunque sin olvidar himnos ya consagrados como la bella “Lucero” o, como no, “Las ruinas del Edén”, de su álbum quizás más significativo, el ya señalado “El ángel caído”.
En suma, bolazo descomunal de una banda que ahora mismo supone uno de los mayores exponentes del Metal español.
ZENOBIA:
Con la boca abierta aún tras AVALANCH, y cuando ya los más “flojos” comenzaban (aún tímidamente) a abandonar el recinto para irse a dormir y con un creciente frío nocturno en el pabellón de Pozal de Gallinas, aparecieron los riojanos presentando su último trabajo “Malefic circus”. Si Xina no acompañó esta noche a AVALANCH, tampoco lo hizo la bajista/vocalista Fernanda Lira de las descomunales thrasers brasileñas NERVOSA (que arrasarían el Galia Metal Fest al día siguiente), a pesar de colaborar en el álbum y de tocar en el mismo escenario unas pocas horas después. Lástima.
ZENOBIA estuvieron muy participativos y con ganas, algo meritorio ya que Jorge Berceo comenzó excusándose por el estado algo maltrecho de su garganta, pese a lo cual ello no afectó en lo fundamental al espectáculo. ¡Y eso que ante el fresquito apareció con una camiseta con las mangas cortadas por única prenda de abrigo!… Tanto público como compañeros arroparon al vocalista, destacando en este sentido el buen hacer del magnífico guitarrista Víctor De Andrés.
Aparte de los temas de su “Malefic circus”, donde mezclan inglés y español, descargaron sus clásicos como “Océanos de fuego” finalizando a eso de la 1 A.M. con su gran himno “Lo llevo en la sangre”, que fue ampliamente coreado por el respetable. A buen seguro que no será la última vez que veamos a ZENOBIA en este 2019, ya que estarán presentes en algunas plazas fuertes del Metal español durante los siguientes meses, como La Gineta, el Auditorio Interpeñas de Zaragoza o el interesante Z! Rock Fest de Zamora en junio.
DEBAUCHERY:
Y por fin, tras tanta melodía heavy, pasadas las 1:15, aparecieron en Pozal de Gallinas la banda que los seguidores del Metal extremo estábamos esperando: los alemanes DEBAUCHERY, una banda que junto con NERVOSA fueron las que personalmente me trajeron hasta este festival en Tierra de Campos. DEBAUCHERY son una banda de Death Metal de Stuttgart que combina la devastación de su estilo, letras cargadas de sexo, guerra y alusiones a los infiernos con un toque rocanrolero canalla tomado de MÖTORHEAD que los hace muy particulares en el Death, y sólo parangonables dentro de todo el Metal extremo a bandas blackers como ABBATH o SATYRICON, aunque con mayor contundencia que éstos.
Les llevo siguiendo largo tiempo pero nunca los había visto actuar, así que tenía muchas ganas de verles. La cosa ya prometía ab initio ya que creo que nunca había sido testigo de una misma banda tocando en dos días diferentes en un mismo festival. Ello se debe a la extraña “personalidad múltiple” de una banda que, con algunos cambios de formación y estilo, a veces se presenta como DEBAUCHERY, otras como BALGAROTH y otras como BLOOD GOD.
Una suerte de tríptico sangriento y macabro que se refleja en su último trabajo: un álbum triple donde unos BALGEROTH con caretas diabólicas y letras en alemán “rodean” en las alas del tríptico (los CD 1 y 3) a unos DEBAUCHERY a cara descubierta (si bien ensangrentada, eso que no falte) y letras en inglés en su cuadro central (CD 2). Y a propósito de los idiomas se refiere precisamente el título de la obra: “In der Hölle spricht man Deutsch” o, lo que es lo mismo, “En el Infierno se habla alemán”. No me digáis que no es un titulazo…
Yendo al bolo en sí, en la noche del viernes, y tras montar todo su atrezzo (pie de micrófono con cráneos abiertos, pancartas con motivos demoníacos, pintura corporal a base de sangre falsa, etc…) los buenos de Thomas, Oliver y Dennis (éste último a pecho descubierto en la fría noche castellana, melena rubia al viento y totalmente teñido de rojo sangre) descargaron los principales himnos e DEBAUCHERY, añadiendo a los del álbum anterior aquellos de “Enemy of mankind” de 2.018. Abrieron fuego con un “Warmachines at war” de vídeo muchas veces censurado, al que siguieron “Ironclad: declaration of war”, “German warmachine” o “Blood for the blood god”, haciendo las delicias de un público menguante pero fiel, que disfrutamos de lo lindo de la devastación ofrecida por este antiguo profesor de Filosofía en Secundaria.
Además, al final de los conciertos, al igual que harían la noche posterior, marcharon hacia la zona del merch donde se hicieron fotos con todos los fans que se lo pedimos. ¡No defraudaron, menudas dos noches y menuda caña de banda!
RE – ARMED:
Para finalizar la velada, a eso de las 2:15 de la madrugada, y ya sólo para “los más cafeteros”, los teloneros de DEBAUCHERY en su gira europea: unos fineses RE-ARMED uniformados de negro con parches que practican un Metal extremo más veloz y más Heavy/Power que el de los alemanes, de voz gutural. Banda que descubrí aquella noche y que, para quien no los conozca, cabría comparar con los mejores discos de sus compatriotas CHILDREN OF BODOM.
Con ellos y su tralla llegamos hasta las 3:00… momento en el que un servidor se marchó, fatigado pero exultante, a reponer fuerzas de cara a la jornada del sábado, donde aún quedaba mucha tela por cortar.
Pero para los true metalwarriors aún quedaba un DJ Galia pinchando temazos hasta el amanecer, en la línea de festivales como el BCN Rock Fest (¿para cuándo uno así en el Leyendas del Rock?).
Texto y fotos: Saúl Martín González