Crónica de ROCK IMPERIUM 2024 – Segunda jornada (Jueves)
La tercera edición del Festival Rock Imperium de Cartagena dio mucho juego a lo largo y ancho de cuatro gozosas fechas. Damos todos los detalles a continuación de la segunda jornada (aquí podemos leer la primera), con un cartel muy potente donde hubo rock’n’roll para todos los gustos… Como siempre decimos, os ofrecemos un resumen general de lo que vimos / disfrutamos porque ver todos los escenarios / grupos es imposible:
Rock Imperium (II) – Parque del Batel (Cartagena – Murcia) – Jueves 20 junio 2024
Segunda Jornada – AVANTASIA, RICHIE KOTZEN y GLENN HUGHES parten la pana en una noche dispar y bastante ecléctica musicalmente hablando…
Tras un frugal almuerzo, nos dispusimos a formar parte de la FIESTA (con mayúsculas) que iba a tener lugar en el Parque El Batet. En esta segunda jornada se estrenaba el tercer escenario, situado en las alturas, junto al Museo Marítimo y en la zona de ‘Reposo del guerrero’ con carpas para comer, beber y también un pequeño y coqueto mercadillo. Allí que nos fuimos a disfrutar de LONELY FIRE, banda cartagenera de AOR, que acaban de editar su ópera prima, “The Last Ride”, un delicioso elepé, en onda SURVIVOR, JOURNEY o FOREIGNER, en definitiva, en sabrosa clave de todos esos grupos de Rock Melódico que hicieron nuestras delicias allá por los años 80 del pasado siglo.
El sexteto formado por Frank Rosique ‘Roses’ la voz, Antonio Hidalgo ‘Nano’ y Carlota Agatha a las guitarras, más Jorge Maestre al bajo, Emilio Pujante a la batería y Pablo Peña a los teclados se marcaron un concierto reducido como la copa de un pino: cincuenta minutos de puro goce, donde hubo espacio para las canciones más punteras de su álbum de debut, composiciones como “Don’t break my window”, “Call of the wild”, “Casual encounter” o la deliciosa “Victory”, que hicieron las delicias de propios y extraños.
Todo ello antes que los madrileños ARWEN asomaran con su power-metal a quemarropa por dicho escenario. Con tres discos a sus espaldas, el quinteto formado por José Garrido como destacado vocalista, más Gonzalo Alfageme a la guitarra, Daniel Sabugal al bajo, Nacho Arriaga a la batería y David Muñoz a los teclados dieron el máximo defendiendo los temas de su último trabajo “The Soul Sentence” (2018). Cortes como “Hollow days”, “The void” o “Crying blood” fueron muy bien recibidos por la concurrencia, junto con otros clásicos de su repertorio como “Dance of souls” o “Dreamland”.
Tras una buena dosis de metal, era tiempo para aterrizar en los Escenarios principales. Justo para embriagarnos con la tremenda descarga de RICHIE KOTZEN, afamado guitarrista que ha militado en diversos combos de postín como POISON o MR.BIG (amén de los WINERY DOGS más recientemente y con compañeros de postín) y que en formato power-trío (con John Wilson al bajo y Kyle Hughes a la batería) se marcó un set ‘hendrixiano’ a más no poder. Huelga decir que nos relamimos de cabo a rabo con su flamígera actuación. Desde las primeras andanadas, “Losing my mind”, “War Paint” o “Fooled again”, todo fue sonreír y cantar, pasando por encendidos entremeses como “Bad situation”, “Fear” y “Love is blind” a otras rolas, no menos enérgicas, como “Remember” o “Help me”, sin olvidar el broche final: una fogosa despedida con la mítica “Shape of things” de los YARDBIRDS, legendario tema donde los haya, que han versioneado grandes artistas, desde Jeff Beck a Gary Moore, y que perfumó del mejor Rhythm&Blues el Parque del Batet, muy cerca del Puerto de Cartagena. Chapeau para el guitarrista norteamericano de Reading, Pensilvania.
TNT fueron una de las pequeñas desilusiones de esa tarde. Con un sonido bastante inferior a lo esperado, la banda noruega liderada por Tony Harnell a la voz, más Ronnie Le Tekro a la guitarra, Sid Ringsby al bajo y el batería Morten ‘Diesel’ Dahl (y un par de coristas de añadido) fueron pavimentando un trasiego con muchos altibajos, a ratos entretenido, a ratos pelín aburrido y monocorde. Empezaron muy planos y con una ecualización que dejaba bastante que desear en los primeros cortes: “Invisible noise”, “She needs me” y “Desperate night”.
La cosa se fue animando un poco en el ecuador del show, gracias a temas como “Tonight I’m falling” o “Forever Shine on”, y especialmente con los hits postreros, “Intuition” o “10.000 Lovers”, que siempre son un valor seguro, sin lograr despegar del todo en los bises: “Break the ice”, “Knights of the thunder” y “Seven seas” echaron el cierre a una mediocre actuación que no pasará a la historia.
Por el contrario, GLENN HUGHES fue un gran revulsivo en el “Cartagena Stage”. Perfectamente secundado en el magisterio de una banda de primera división, con Søren Andersen a la guitarra, Ash Sheehan a la batería y Bob Fridzema a los teclados. Amén de nuestro protagonista vociferando como nunca (o como siempre, según se mire) y tocando el bajo como los mismísimos ángeles, se marcó un exquisito repertorio de pura lava y seda.
Empezando por unas soberbias y míticas “Stormbringer”, “Might just take your life” y “Sail away”, a las que siguió un caldo de esos que entonan el cuerpo, una sopa deliciosa en forma de medley funk que incluyó ingredientes de la talla de “You Fool no one”, “Blues” y “High Ball shooter”. Intercalando diversos solos de guitarra y batería (este último verdaderamente espectacular) y estirando los temas como si fueran de puro chicle, antes de abordar una rotunda “Mistreated”, bajo patrones muy parecidos, y cerrar con la deliciosa balada “You keep on moving”, más una flamígera “Burn”.
Este fantástico final nos trajo a la memoria aquellas formaciones irrepetibles, Mark III y Mark IV, de los míticos DEEP PURPLE a mediados de los años setenta y recordamos, en amigable charla con diversos colegas tras la descarga, a un ángel de larga melena, aquel joven y malogrado guitarrista, Tommy Bolin, que falleció trágicamente en 1976, dejando su inmenso talento en el exquisito álbum “Come and taste the band”. En gloria esté, junto con el inolvidable show protagonizado por la ‘Voz del Rock’, como es conocido en el mundillo musical. Glenn Hughes dejó claro porque está considerado como uno de los mejores vocalistas de todos los tiempos…
Lo de AVANTASIA, como cabezas de cartel de la noche, fue harina de otro costal, que merecería una extensa crónica propia, pero trataremos de resumir un poco: once músicos sobre el escenario y cuatro vocalistas de ancho calado: Bob Catley (ya ex MAGNUM), Ralf Scheepers (PRIMAL FEAR), Herbie Langhans (FIREWIND, SEVEN AVENUE…) y Tommy Karevik (KAMELOT), más la corista Adrienne Cowan y la estrella invitada, Chiara Tricarico, acompañando a un pícaro y desenvuelto Tobias Sammet, a la sazón, creador y máximo exponente de este invento desmesurado y colosal. Ataviado para la ocasión con su característico sombrero, y la planta juglaresca que le caracteriza… protagonizaron un extenso espectáculo ‘operístico’ de dos horas y media, donde hubo espacio para despacharse a gusto en diversos registros musicales.
Comenzaron con “Spectres”, “Reach Out for the Light” en onda muy teatral y power-metalera. A continuación, salió Bob Catley para poner un poco de orden y cordura a un show que contaba con un decorado espectacular, así como impactantes proyecciones de imágenes de literatura fantástica. “The Story Ain’t Over” nos dejó un delicioso sabor de boca. “The Scarecrow” cantada a dúo por Herbie Langhans y Tobias Sammet, dio paso a “Promised land” y a un par de piezas ‘power’ a cargo de Ralf Scheepers, las sinuosas “Alchemy” y “Invincible”. Justo antes de mostrar el Libro de las Sombras en la serpenteante voz de Adrienne Cowan y marcarse una de las piezas que más nos gustaron de la noche, “Dying for an Angel”, en la voz de Tommy Karevik, un temazo de rock melódico que nos puso mucho las pilas, para afrontar un ecuador con diversos cambios de rasante, “Kill the pain away” o “Let the storm descend upon you”, mostrando un amor draconiano por las melodías desaforadas, justo antes que Bob Catley encabezara la homónima “Avantasia”.
De esta guisa, transcurrió una actuación que no dejó indiferente al personal y que tampoco dio un solo minuto de respiro. Para que nada faltara al mágico sortilegio, Tobbias Sammet sacó un nuevo conejo de la chistera (permítasenos la expresión, sin segundas ni malas interpretaciones, por supuesto) con la cantante Chiara Tricarico (TEMPERANCE) interpretando “Farewell”, dando paso a “Shelter from the Rain” y a la estupenda “Mystery of a Blood Red Rose”, de nuevo con el gran Bob Catley sobre las tablas. Completaron el derroche, en el tramo final, “Lost in Space”, “Lucifer” y “Sign of the Cross / The Seven Angels” en una especia de grand finale y éxtasis colectivo, con los cantantes entremezclados, dando el do de pecho a una actuación sorprendente y sugestiva.
Quedaban todavía KAMELOT para echar el cierre. Con el cuerpo bastante fatigado por las muchas horas allí dentro, tratamos de aguantar todo lo posible y empaparnos con las composiciones de la banda norteamericana de power-metal melódico y metal épico-progresivo. Encabezados por el citado Tommy Karevik a la voz, que hizo doblete esa noche, y el conocido guitarrista Thomas Youngblood, fueron desgranando un repertorio de fuego y sombras, que al final se nos atragantó un poco, más que nada por el cansancio acumulado.
A pesar de todo, aguantamos como campeones semejante descarga, que incluyó perlas como “Veil of Elysium”, “Rule the Word”, “Opus of the Night”, muy épicas y sobrecogedoras, incluso promoviendo la Marcha infernal de Mefistófeles, “March of Mephisto”, antes de entonar las últimas oscuras llamaradas con “One more flag in the ground” y la emblemática “Liar, Liar” como colofón a una noche prolija musicalmente y muy pródiga en emociones diversas.
Texto: Fran Llorente / Foto: Manuel Damea y Rock Imperium
Algunas fotos extra del día en este enlace.