Crónica de MOTORES+PACHO BREA+ARKABRIEL
MOTORES+PACHO BREA+ARKABRIEL (Madrid, viernes 10 de octubre de 2014, sala We Rock)
Interesante y variada (quizás demasiado) noche de buen rock y metal la que se nos presentaba hace pocas semanas en la céntrica We Rock madrileña. De todos modos, pese al buen hacer de las bandas, prevaleció en Madrid una vez más el hecho de la competencia feroz entre fechas, salas, bandas, conciertos en general… Muchos, demasiados a veces en la capital, que al final hacen que, por diversas razones, unos bolos funcionen muy bien y otros inevitablemente pinchen. Además, en este caso a MOTORES (que organizaban el concierto para presentar aquí su más reciente «Caníbal de lo ajeno» y su nuevo DVD grabado en Vigo, su ciudad, hace unos meses) les tocó bailar con la más fea en el sentido de dos pesos pesados (muy pesados y muy queridos en nuestro país) como eran Y&T y ACCEPT que les flanquearon jueves y sábado respectivamente. Una realidad contra la que es difícil luchar (y más en un país ingrato y cochino como es España en la actualidad, y encima en una ciudad tan repleta de shows en directo, especialmente en otoño) y con la que las tres bandas que nos ocupan se dieron de frente en la fecha en cuestión.
Por otro lado, aprovechando que he comenzando esta vez en modo denuncia, no me puedo callar ante lo que ya he visto en Madrid varias veces en los últimos tiempos y que me parece ya no mal sino una falta de respeto y de educación enorme (partiendo de la base de que cada uno es libre de hacer lo que considere con su dinero y su tiempo por supuesto). El hecho es que fue más que palpable el detalle de la huida que se produjo tras el concierto, primero de ARKABRIEL pero sobre de PACHO BREA, dejando a MOTORES un aspecto paupérrimo de la sala antes de salir a tocar los cabeza de cartel de la noche. Que sí, que eran estilos diferentes, que los gallegos no trajeron público amigo o de su ciudad (bueno, alguno sí, ¡un abrazo para ellos!) y que es una banda que, a día de hoy, es minoritaria. De acuerdo, pero me pareció feo, muy feo el detalle de todos los que al acabar el vocalista madrileño tomaron las de Villadiego perdiéndose además una descarga espectacular de MOTORES, y un conciertazo de cabo a rabo (demostrando además que están en buena forma y que hay más vida en el rock duro gallego aparte de LOS SUAVES).
Así que ¿ésta es la escena que apoyan todos los que se le llena la boca hablando de unidad, de hermandad, de escena precisamente (valga la redundancia)?… ¿ésta es la manera en la que uno va a un concierto a día de hoy, a ver «a sus colegas» y que le den por culo al resto que ni los conozco ni me interesa conocerles?, ¿así se apoya el hecho de que la gente se deje los huevos, su tiempo, su esfuerzo y su dinero en organizar conciertos, carteles conjuntos?… Luego todos somos los más heavies y los más auténticos en los foros, en las charlas de salón, en los bares con nuestros tercios en la mano, pero la realidad no es así y me da vergüenza porque no es la primera vez que veo esto precisamente. E insisto, que una cosa son los gustos y que obviamente cada uno es libre de actuar como quiera cuando compra una entrada, le invitan o va a ver lo que le apetezca, pero me parece que así se apoya muy poco a que la escena levante la cabeza de verdad y que el rock duro en nuestro país pueda funcionar de una vez. Competencia sí, diferentes estilos, fecha mala… vale, pero mala baba y mucho postureo y militancia sólo de carnet también.
En fin, una vez soltada la bilis y comentado un detalle que hoy me apetecía mucho poner de relieve, vamos con lo que vimos (y los que no vinieron o se fueron, pues como suelo decir, ellos se lo perdieron… en este caso un bolazo de puta madre) que en el fondo es lo importante. Pedirles disculpas a ARKABRIEL, a los que no pude llegar a ver por cuestiones laborales, y es que los horarios Disney de muchos de los conciertos en la capital en los últimos tiempos nos hacen perdernos muchas más veces de las deseadas a primeros grupos. Buena banda de power metal, aún con camino por recorrer, y que caldearon el ambiente para los aún muy pocos que ya habían entrado en la sala a primera hora. Más gente ya para ver a PACHO BREA, aunque es cierto que la noche iba a ser aciaga al respecto como ya hemos dicho, ¿qué le vamos a hacer?
PACHO BREA
Pacho y sus chicos se lo tomaron con humor y bromearon al respecto varias veces durante su actuación. Un tipo divertido el de Hortaleza (aunque ya no viva en Madrid), al que hacía tiempo que no veía cantando y que se nota que disfruta de lo lindo encima del escenario (y sigue manteniendo buena voz, aunque fue de más a menos esta noche, las cosas como son). Por cierto, comentar que fue el último concierto con la banda de su mano derecha hasta entonces, «el pirata» Víctor de Andrés que comienza su andadura tanto en solitario como con ZENOBIA, y al que le deseamos la mejor de las suertes, por supuesto. Pintón como pocos, con unas preciosas guitarras tuneadas por él mismo y con un sonido y estilo con personalidad de los que se echan de menos demasiadas veces sobre las tablas.
Curiosa mezcla del grupo en directo, sonándome por momentos más heavy/power y en otras más hardroquero, dando cancha esta noche especialmente a temas de su reciente trabajo, «Lejos» y el anterior también en solitario, aunque sin olvidarse de hacer algún guiño tanto a su etapa con los canarios HYBRIS como a su pasado en ANHKARA (de hecho estaban algunos de sus ex compañeros en la sala, el guitarrista Cecilio Robles al menos entre ellos). Flanqueado por dos guapos telones con imágenes de la portada del nuevo disco, fueron cayendo temas como «Dulce sensación», «Alguien a quien amar», la pegadiza «Mi final» (que la música suene, por favor), «Lo sé» (uno de los mejores cortes del nuevo disco, y de los más heavies), cerrando con «Jamás» de la última etapa de ANHKARA, si no me equivoco, mirando con guiños cómplices a un Cecilio que supongo que siempre gusta de recordar a su antigua banda.
Y tras el éxodo masivo que hubo tras PACHO BREA (incomprensible y absurdo en mi opinión). era el momento de que MOTORES demostraran que, ante 2.000 o ante 50, iban a dar lo máximo y a marcarse un conciertazo de antología. Es lo que tienen las bandas que lo hacen y dan todo sin pedir a cambio, que le echan los cojones, las ganas, la ilusión y el corazón, y todo con la máxima humildad, que a otros que tocan ante mucho más público le faltan. Y ahí estaban cinco gallegos talluditos, veteranos y con ese deje tímido pero de buena gente que, no sé porqué, siempre tienen los de «las Galias» (como dice una buena amiga de la tierra). Batiéndose el cobre como nadie ante una sala casi vacía, y los que estábamos, los buenos, se lo agradecimos al máximo. Hay que decir que, además de volver con nuevo disco hace algunos meses (un interesante EP llamado «Canibal de lo ajeno»), venían con la formación más o menos original, o al menos la más clásica, de la banda liderada desde siempre por los hermanos del Río.
MOTORES I
Veteranos y curtidos en mil batallas y tocando con esa sonrisa humilde pero sincera en el rostro del que ese rato, ese momento, ese concierto, es siempre el más importante de su vida, y lo transmiten de maravilla, ¡gracias! Muy buen sonido, por cierto, y una banda excelente, músicos cojonudos, sobre el escenario… y encima simpáticos, cercanos y dando una cera de impresión en directo, ¿qué más se puede pedir? Y a estas alturas me sigo preguntando qué coño hacen MOTORES, si son una banda de rock duro, de thrash, de punk rock, de metal… o más bien un poco de todo eso, que creo que sería lo más acertado. Y sin olvidarnos de añadir a la definición la dosis de mala leche y de meter el dedo en el ojo en las letras, sin perder de vista nunca el humor (a veces negro, a veces sarcástico, a veces irónico e incluso rabioso, pero siempre comprometido e ingenioso), la denuncia y la realidad social. Y con voz cazallera, agresiva y rugosa, pero cercana, de pueblo, dicho en el mejor sentido, que de primeras recela y ataca pero que pronto te abraza campechana con fuerza y verdad.
El repertorio se centró, como ya nos habían dicho, en sus dos discos más reputados y conocidos, como son «Noche de lobos» y «Un día perfecto», pero no faltaron pinceladas ni de sus años más netamente roqueros en su primer y segundo disco, ni de su punto más agresivo, pesado y casi thraser, ni por supuesto la temática más social y actual que abordan en su reciente EP. Así, comenzaron de la mano de la más accesible «Sólo una vez más» para empezar pronto a dar cera con «La galería» o «La vida es así». «Barcos naufragados» es ya más conocida, aunque sea reciente, aunque está claro que uno de los temas estrella tenía que ser «Camino al porrón» (que por fin supimos que era eso de «El Porrón», que explicó Carlos que era un bar roquero de su zona que cerraron los de PP de antaño en su momento y que ellos le hicieron un tema homenaje que se convirtió en un himno desde el primer día). Más temazos de la mano de la propia «Noche de lobos», tremenda y con una letra espectacular que podría haber firmado el mejor Yosi perfectamente (pero no, es del bajista Gonzalo del Río), y «El bicho», dedicada a un «bicho con barba y muy mala baba» (y peor dicción y pronunciación añado yo de mi cosecha, jeje).
MOTORES II
Retornábamos al punto a medio tiempo con «No quiero ser como tú» para seguir con el punto más divertido, macarra y vacilón de «No quiero amor» (si no me equivoco) y el clásico «Si quieres un amigos cómprate un perro» de sus primeros tiempos. Ya para el final, les echa un cable Pacho para cantar uno de los temas (aunque le pilla casi de sopetón y un tanto fuera de lugar), «El redentor» creo recordar, poco antes de cerrar de nuevo muy cañeros con «Carroñero», imprescindible siempre en sus conciertos, y «Debajo de casa», con anécdota previa de Carlos explicando cómo le surgió la idea para este tema (a modo de ser carnicero con el dueño de un bar de debajo de su casa que le amargaba las noches a ritmo de chunda, chunda a todo volúmen hasta las tantas de la madrugada)… Un crack e hilando muy fino el señor Carlos del Río, jeje.
Buenísima banda, buenísimo concierto y una noche fantástica en la que fue genial volver a ver a una formación que llevaba sin venir a Madrid unos 17 años, y al menos otros 9 o 10 sin tocar de ninguna manera en nuestra ciudad (creo recordar que fue teloneando a MURO en Revólver la última vez allá por 2003 o algo parecido con BARÓN ROJO no mucho después… hablo de memoria pero por ahí van los tiros y las fechas, sin duda). Y visto lo visto no volverán, o tardarán otra década… Qué ciudad y qué país!, así nos va… Pero está claro que unos pocos estuvimos en We Rock esa noche y volvimos a ver a MOTORES en directo, lo disfrutamos y ahora lo contamos.
Texto y fotos: David Esquitino (david.esquitino@redhardnheavy.com)
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