Crítica del nuevo disco en solitario de TED POLEY
TED POLEY: «Beyond the fade» (Frontiers)…
Casi una década después de su último trabajo en solitario (Smile, 2007), Ted Poley (cantante de DANGER DANGER para quién no le tengáis ubicado) se decide a dar un nuevo paso en su carrera, y nos ofrece este Beyond the Fade para volver a situarse en la cresta de la ola. Acompañado por la que podríamos denominar ya como “Frontiers Band” (o lo que es lo mismo, los músicos de sesión de la propia compañía de discos, con Alessandro Delvecchio –batería, teclados y coros- y Ana Portalupi –bajo- a la cabeza, ambos también en la formación actual de HARDLINE, más Mario Percudani en esta ocasión haciéndose cargo de las guitarras), éste es un álbum que desprende, sobre todo, AOR, dejando menos espacio para el Hard Rock americano.
Así a priori puede sorprender un poco, especialmente viniendo de uno de los cantantes que allá en los 90 se encargó de dar lustre al estilo, pero todo cambia cuando comprobamos que diez de los once cortes de este disco son obra de los hermanos Tom y James Martin (VEGA). Ya se sabe, con Frontiers todo suele quedar en casa… Visto lo anterior, la presencia de los hermanos Martin en los créditos nos asegura dos cosas claras: canciones bien compuestas y AOR, o en su defecto, rock melódico. Y eso es exactamente lo que vamos a encontrar, para lo bueno y para lo malo.
Así pues, Beyond the Fade irradia melodismo por todas partes, con un Ted Poley que, siguiendo la misma línea que en sus primeros trabajos, se posiciona en un estilo menos hard, con un estado vocal impecable, pero que brilla mucho menos que cuando se dedica al hard rock de toda la vida. No es casualidad que los dos mejores temas del disco sean, precisamente, “Let start something” y “Hands of love”, los dos que más recuerdan a los mejores DANGER DANGER. El primero ha sido el single de presentación, muy efectivo y de carácter muy alegre, mientras que al escuchar el segundo no podamos evitar pensar en el fantástico “Bang Bang”, del debut de la banda neoyorkina. Tampoco es casualidad que “Hands of love” destaque entre el resto, teniendo en cuenta que es la única canción que no está compuesta por los hermanos Martin, o que suene a DANGER DANGER, sabiendo que sus autores son Tony “Bruno” Rey, uno de los primeros guitarristas del grupo, y el mismísimo Joe Lynn Turner.
El resto del CD lo completa un elenco irregular de temas, entre los que cabe destacar, por ejemplo, “Everything we are”, de carácter menos alegre y con buenos coros; “Stars”, con su sonido totalmente AOR; “Higher”, posiblemente uno de los mejores, optimista y sólido, pero con unos arreglos que terminan lastrando el resultado final; “You won’t see me cryin’”, también muy AOR, más sugerente, con una guitarra muy rockera que termina diluyéndose un tanto; o “Sirens”, con una propuesta diferente e interesante, aunque se deja llevar demasiado en el estribillo, perdiendo fuerza.
Mención aparte merecen las canciones más lentas, que conforman un cuarto del disco, y entre las que hay un poco de todo. “The perfect crime” es una balada en la que Poley canta a dúo con la vocalista noruega ISSA pero… hablando claro, sobra ella, y más aún escuchando la manera horrible en la que las voces han sido dobladas. Da la sensación de que ha sido metida con calzador, muy forzada, cuando a veces lo más sencillo es lo más efectivo y bonito. Por el contrario, con “We are young” nos encontramos una de las mejores composiciones de este trabajo; un medio tiempo a la manera del hard rock de finales de los 80 y principios de los 90, con unos coros muy bien utilizados en el estribillo. En medio de ambas estaría “Beneath the stars”, que empieza muy pesada (sonoramente hablando) para quedarse únicamente con el piano y la voz. Engancha muy bien las estrofas con el estribillo, con la densidad sonora en crescendo; pero como último tema, pese a ser bueno, resta brillo al global del álbum. Aún faltaría por comentar “Where I lost you”, una canción tranquila de rock, sin más, de corte más moderno (sin exagerar), que pasa sin hacer mucho ruido.
Otro aspecto a reseñar es, sin duda, el de los arreglos y el trabajo técnico. Acostumbrados a producciones impecables por parte de Frontiers (uno de sus puntos más fuertes como compañía), llama la atención que Beyond the Fade naufrague precisamente aquí. Producido por Alessandro Delvecchio, el disco se hace tremendamente plano, sin brillo alguno, con unos arreglos mediocres e incluso armónicamente malos por momentos, que le restan fuerza y calidad a las composiciones originales y al resultado final. No es que suene mal, sino que simplemente no tiene dinámica. Da la sensación de que lo han editado con prisa, como si hubieran tenido un plazo que cumplir, en vez de madurarlo el tiempo suficiente como para poder ofrecer un disco que hubiera podido destacar entre los lanzamientos del año.
Como decía al principio, este Beyond the Fade nos asegura dos cosas: buenas composiciones y AOR, que gustarán a los amantes del rock melódico. Muestra a un Ted Poley en plena forma, aunque está por debajo de Collateral Damage (2006) y, especialmente, de Smile (2007), fruto sobre todo de un cambio en el equipo compositivo, de la adaptación al mismo de la voz y el estilo natural de Ted Poley… y de un trabajo nefasto de arreglos y producción.
Texto: Fernando Galicia
- Let’s Start Something
- Everything We Are
- Hands Of Love
- The Perfect Crime
- Stars
- Higher
- Where I Lost You
- You Won’t See Me Cryin’
- We Are Young
- Sirens
- Beneath The Stars