Éxito total de BUNBURY en Madrid

Jul 11, 2024 por Red Hard´n´Heavy en Conciertos

Como hemos dicho muchas veces, aquí somos más de HEROES DEL SILENCIO que de BUNBURY en solitario, pero eso no quita que de vez en cuando le demos al placer culpable de salirnos del encorsetamiento netamente rockero y/o más duro para disfrutar de conciertos de clásicos de nuestra historia como por supuesto que es BUNBURY. Os lo mostramos en Madrid y Zaragoza, y os lo contamos en Madrid.

BUNBURY – Sábado 29 de junio 2024 – Wizink Center Madrid

Bunbury

BUNBURY volvía a Madrid, después de más de media década sin pisar los escenarios de la capital, acompañado por la banda LOS SANTOS INOCENTES. Con su último disco bajo el brazo, Greta Garbo, se plantaba en una gira de conciertos muy cuidada y pensando en su salud vocal, espacio sin humos nunca mejor dicho (BUNBURY es intolerante a sustancias químicas que componen los humos de los espectáculos de música).

Rodeando el Wizink Center habitaba una marea de diferentes generaciones vestidas con atuendos tanto de HÉROES DEL SILENCIO como de BUNBURY. Además, se escuchaba su música en todos los bares de la zona, llenos a tope a la espera del evento, y aunque él ha hecho una carrera prolífica en solitario, es imposible que los fans de los HEROES DE SILENCIO no vayan a sus conciertos. El ambiente tan expectante podía sentirse a simple vista (negro, cueros y melenas rizadas en muchos casos) y la ilusión en las caras del publico iba a ser recompensada con un concierto épico. Algunos seguidores de hecho le acompañaban en toda su gira y estaban muy emocionados.

Enrique Bunbury emergió de las luces rojas que inundaban el escenario, con su pañuelo rojo, como siempre, y gafas de sol, seguido de su banda, compuesta por el guitarra Álvaro Suite, Jordi Mena, guitarra solista, Quino Béjar en percusión, Jorge Rebenaque en teclados, el batería Ramon Gacía, el bajista Robert Castellanos y Erin Memento en guitarra y coros. BUNBURY fue recibido con una gran ovación de más de 15.000 fans, se pudo sentir el primero de los momentos emotivos de la noche, pues el público no defraudó y él menos aún.

El primer tema que interpretó fue “Nuestros mundos no obedecen a tus mapas”, unos mapas que llevaban directos a la voz que, tan conocida y extrañada, cantó con cariño y la fuerza de siempre para dejar desde el principio al Wizink Center atento al espectáculo, que continuó con “Cuna de Caín”. Estos dos emergieron con menos iluminación escénica y fueron una presentación para lo que se venía, porque cuando sonó el tercer tema del concierto, “Despierta”, se encendió la pantalla inmensa detrás de la banda y las imágenes inundaron a partir de ahí el escenario acompañando cada canción y su voz tan única, tan protagonista, que tiene su sitio privilegiado en el rock español.

Bunbury

Después de “Hombre de acción”, Bunbury agradeció al público la presencia y, con una sonrisa tierna, para ser él pues normalmente ha sido más distante y altivo incluso, la humildad y la emoción se filtraban por sus palabras. Muy agradecido por el placer de volver a subirse a un escenario después del parón obligado, del que creyó no volver a salir. Así, y como agradecimiento total, el concierto se compuso con sus tres etapas musicales.

Durante su vida musical, Enrique Bunbury ha creado una sinfonía de elementos, canciones, escenas distantes y diferentes entre sí, pero todo ello tejiendo un tapiz multicolor donde se puede leer su carrera ecléctica y versátil donde sus letras, que siempre nos acompañaran como si fueran sentimientos propios, dejan huella. Esta noche, como si fuera la última, comentaba agarrando fuerte y seguro el micrófono, con lágrimas contenidas… esta noche… ¡es un honor cantar para ustedes! Como el cierzo, fuerte e imparable, la voz del maño nos sumergía uno por uno en sus temas…Así, fueron pasando “Invulnerables” o “Mas alto que nosotros solo el cielo”, tema con el cual puso al público a sus pies, y continuó su viaje para llevarnos al territorio de lo inexplorado, como “Alaska”…

Durante este concierto, cada tema fue descubrir un nuevo paisaje abriéndose ante nosotros, dejando que caminásemos de la mano de LOS SANTOS INOCENTES tras los pasos del maestro de ceremonias, donde fue saltando entre estilos hasta llegar a su camino inicial, a ese tiempo donde BUNBURY se creó y tomó la decisión de su vida… Es decir, hizo una apuesta y con emoción nos pidió cantar con él y hacer lo que hay que hacer: apostar (siempre) por el Rock and Roll. A mi lado, los fans cantaban con lágrimas en los ojos, abrazados, emocionados, nostálgicos por un pasado que había vuelto con nosotros quizás por unas horas demostrando que “nuestros mundos no obedecen a… mapas” y que las canciones están para sanar, para la “química y magia y lógica irracional” como decía la primera canción de la noche, una verdad indiscutible donde la alquimia de la música tiene un poder inconmensurable en nuestras mentes y cuerpos.

Bunbury

El maestro Enrique no solo apostó durante toda su vida por el Rock´n Roll, sino que apuesta también por el espectáculo, donde las imágenes, vídeos de la pantalla y el juego de luces móviles que se transformaban subiendo y bajando en cada canción, hicieron un escenario fabricado para brillar, y él sabe posar como una estrella del Rock, además de esta vez dar su mejor cara y su cariño, recibirlo a su vez del público y sumergirse en un baño de masas que sí le saco una lágrima. Eso sí, no la vimos porque el calor que recibió evaporaba todas las posibles emociones convirtiéndolas en energía, que como animal mitológico devoraba para seguir dándonos el mejor espectáculo posible.

Continuó muy cercano al público, en el avance del escenario, bajando al foso, dando su mano a las afortunadas personas que pudieron estar a metros de él. Y después con “Las cosas cambian” y “De todo el mundo” se preparó el camino para atravesar uno de los paisajes imaginarios más conocidos del Rock españo: “Entre dos tierras”, que fue cantada con una emoción colectiva que resonaba en todo el Wizink. Su guiño a la época de HEROES DEL SILENCIO llenó el corazón de muchísimas de las personas en el recinto. Con “Lady Blue” el público volvió a cantar a coro dejando un silencio final donde fue avisando, “¡esto no ha terminado todavía, amigos!”. Y como el gran negociante de feria ambulante que ha sido siempre, Bunbury cogió un poco de aire, mientras disfrutaba del cariñó del público y los coros que coreaban su nombre… !Enrique, Enrique!

A continuación, nos regaló una triada de temas que finalizó con “Maldito Duende”, otro guiño rotundo a HEROES que se volvió a llevar el corazón de más de la mitad del respetable a su juventud, adolescencia y demás, con el tema arrollador, himno de la fuerza y prepotencia de la juventud.

El concierto acabó con “La constante” e “…Y al final”, más personales, hablando de sus experiencias vitales, esos poemas que deja salir de su corazón para que vuelen y llenen los caparazones de los nuestros, y con un Enrique arrodillado ante su publico, gesto de humildad y entrega, que demuestra que el escenario es como la vida: te enseña que eres pequeño y que lo que te hace grande son los que te escuchan. Ellos son tu éxito y tu mejor critico… y ahora le han recibido mejor que nunca.

Bunbury

Esta noche las estrellas nos guían y una de ellas ha brillado para nosotros más que nunca, como si fuese la última noche que fuese a tocar, no se arrepintió de nada, y con un gran concierto y buenas palabras, un emocionado Enrique Bunbury se fue del escenario dejando tras de sí un rastro de letras a seguir… las sonrisas en cada cara y la emoción del concierto certificaron lo especial de esa noche… Y aunque no la cantó, estoy seguro que nos dejó con el viento a favor en nuestras velas para continuar navegando entre tierras y apostando por el Rock and Roll.

Texto: Amalia Martín / Carlos Martín

Fotos: Marina Oteo (Zaragoza) / Luca Vian (Madrid)

Galería de fotos de Madrid (Wizink Center) 29 junio

Galería de fotos de Zaragoza (estadio La Romareda – 9 de julio) – Y vídeo de «Entre dos tierras» (Zaragoza):