VHÄLDEMAR, como siempre, ¡a muerte en Madrid!
¿VHÄLDEMAR son “nuevos” o son ya clásicos de nuestra historia? Curiosa disyuntiva y debate aún candente, y mi opinión es que ambas son ciertas. Pero por otro lo que es indiscutible es que son un cañón de heavy metal encima del escenario y el mejor cliché al respecto, dicho de la manera más positiva. Y presentando nuevo discazo y en Madrid, pues… ¡a muerte! Nos lo cuenta Esquitino con fotos de Mar.
VHÄLDEMAR – Viernes 31 de mayo 2024 (sala Nazca, Madrid)
Como nos decía el siempre sonriente Raúl Serrano (bajista del grupo desde hace 8 años) en una charla / entrevista hace unos días (que podemos escuchar aquí)… VHÄLDEMAR son “así”, tan de verdad que asombran, tan heavies que asustan, y tan cercanos y auténticos que encandilan.
Empezando por sus dos líderes desde siempre, “Pedrito” y Carlos, dos de los tíos más heavies de este planeta, que siguen al mando de la nave y guiándola por el mejor rumbo. Y acompañados de esos sonrientes y también entrañables Raúl y Koldo “Jonkol” (curioso, eso sí, escuchar teclados “sampleando” sonidos de guitarra adicionales, además de las melodías propias del instrumento… casi a modo de «segunda guitarra» por momentos), y el “nuevo” batería, Jandro, que es un maquinón (además de, como dijo vacilando el propio Carlos -no yo-, un gran instrumentista jeje, y no hablaba de las baquetas…).
VHÄLDEMAR presentando un tremendo discazo como es “Sanctuary of death” (con la impresionante portada del disco comandando el escenario desde los cielos… digo la pantalla superior de la Nazca), nada menos… Eso sí, reconozco entrar a la sala con un poco de miedo, que en Madrid SIEMPRE hay cosas el mismo día, y el heavy no es el género más popular a día de hoy, y es cierto que éramos poquitos a media hora de estar previsto que comenzara el show. Pero no, finalmente seríamos algo más de 150 / 200 los que nos juntamos para disfrutar del conciertazo, como siempre, de VHÄLDEMAR en directo. Y es que hay pocos más shows más macarras, divertidos, auténticos y a la vez con tanta fuerza y calidad como los que nos llevan ofreciendo los “barakaldunes” (¿eso se dice?) desde hace más de 20 años.
De hecho, no es casual que el propio Carlos se acordara del primer concierto de la banda en Madrid, concretamente teloneando a DARK MOOR en Aqualung hace la tira, y presentando entonces su primer disco (y los madrileños el reputado “Hall of the olden dreams”… ¡qué tiempos!). El comentario me hizo sonreír porque supongo que el tiempo pone a todo y todos en su lugar, y las casualidades son caprichosas… porque resulta que aquel fue el primer concierto que yo cubrí (y a su vez que fui acreditado como prensa) en mi vida… entonces aún para Rafabasa.com, claro. Casi 25 años después, nuestros caminos siguen parejos, y “ambos” seguimos con el heavy metal a muerte… ¿quién lo diría entonces? Pues así es, amiguit@s.
Y bueno, ya sabéis los que nos seguís que mis crónicas últimamente no son tal sino más bien artículos contando sensaciones, historias, recuerdos o sencillamente impresiones, divagando un poco también y acordándome de otros tiempos supongo que mejores. Así que el que espere la consabida sucesión de temas y de “salieron, hicieron esto, luego esto y se despidieron tras aquello”, se pueden olvidar una vez más. Lo cierto es que cada vez voy a menos conciertos, por trabajo (el mundo al revés, ¿eh?), por ganas, por interés o por obligaciones familiares, personales y demás. Pero algunos bolos son imprescindibles, y hay que ir. El metal para quién lo trabaja, y mi presencia para quien lo merece (sin que esto suene egocéntrico o petulante, por favor!). Por supuesto que hace unos días estuve en JUDAS PRIEST, SAXON y URIAH HEEP, o en BRUCE SPRINGSTEEN, y unos días antes estuve en VHÄLDEMAR, que son igual de grandes y especiales en espíritu.
Auténticos salvadores del heavy metal y defensores y guardianes de la fé metálica, como bien nos emplazaron a ello los “metal gods” allá por el 84. VHÄLDEMAR y yo, entre muchos otros, nos encomendamos para la causa desde entonces y ahí seguimos contra viento y marea luchando por y para esto, y tratando de que aquello tan bonito y especial no muera. Que sí, que estamos defendiendo un estilo caduco, que hay que evolucionar y que las fusiones, el mainstream y ver a nuestras bandas patrocinadas por las grandes corporaciones y con cuernitos luminosos en la cabeza (previo pago a precio de oro, y si es con VIP pass y early entry aún mejor, claro) es lo que mola. Ok… Pues no, bastards!
Bueno, vamos a lo que vamos… Poco antes de las 21:00 ya estaban sobre el escenario de la mano de dos de los cañonazos más rotundos del nuevo disco como son “Dreambreaker” y “Devil´s child”, y ya con la sala con muy buen aspecto y llena de heavies, que a día de hoy hay que decirlo como la excepción y no la norma, y casi como una rara avis más que como lo que debía ser una obviedad. Y los más heavies estaban encima del escenario, con el enorme Carlos (¡ese cuerpo de jugador de basket!) intimidante con chupa de cuero (con parte trasera con nuevo dibujo del disco), gafas de sol, guantes de piel con los dedos cortadso, melena al viento, pantalón de cuero y su pie de micro de metal y cadenas “prestado” por Rob Halford jeje.
A su lado, el sonriente Raúl (que canta que flipas, por cierto, como descubrimos algo después), camiseta de “El silencio de los corderos” en ristre y dando más cera, lógicamente, que cuando lo vemos con TAKO; Jonkol a modo de segunda guitarra con teclas, como decía antes, Jandro dando cera desde atrás… y el gran Pedrito (que no es un oximorón el comentario ni mucho menos), don Pedro J. Monge demostrando que los guitar héroes no están todos de los Pirineos para arriba precisamente. ¡Qué bueno sigue siendo el cabrón, cómo se lo cree y cómo suena su Washburn de madera lacada y encordada para zurdos! Si Yngwie fuera menos soberbio, de estatura menos sueca, tuviera menos rolex y ferraris, y se centrara en tocar heavy metal y componer temazos como antaño… a lo mejor se acercaba al nivel de este señor… Y si MANOWAR a día de hoy… vale, mejor cambio de tema, ¿no?
Lo dicho, ellos a muerte, y superdivertidos, macarras, auténticos e inimitables, repasando toda su discografía para nosotros… los de debajo, veteranos también (es lo que hay en estos tiempos que a los jóvenes “esto” ya no les interesa para nada, y es una pena… pero ellos se lo pierden), disfrutando, moviendo la peluca (los que la tienen) y recibiendo una descarga de “true heavy metal”, como dicen los guiris, que se caga la perra. ¿Que hay que ser más elegante, pulcro y académico escribiendo? No habéis entendido nada, ni sabéis de qué va esto… ni habéis visto a VHÄLDEMAR en directo, ¡bastardos!
Incluso tienen las narices de invitar a un paisano que se ha venido a vivir a Madrid, Rubén Miranda, a cantar la pegadiza “Howling at the moon” (de uno de los discos recientes), que es un puntazo a dos voces y suena como un cañón. Y ya que estamos, la corrección política y la mesura nunca han ido con VHÄLDEMAR, así que si hay que bajarse abajo a cantar con la peña o macarrear con nosotros, ¡para abajo!, y seguimos sudando y disfrutando juntos, que el verdadero espíritu del heavy metal es este y no las chorradas de tantos “brothers of metal” de pacotilla actuales que no saben ni por dónde les sopla el “master of the wind”. Y si hay que hacer rock n´roll, lo hacemos con el máximo corazón y macarrismo, con esa épica “Dusty road” que mola tanto, con Carlos otra vez abajo con la gente.
¿Queréis más caña, cabrones? Pues toma “Metal of the world”, “Breaking all the rules” y demás. Y si nos hemos saltado alguna del repertorio con la locura, la retomamos ahora, no pasa nada… ¡Cómo canta Raúl, por cierto!, qué decíamos antes, con (Face your biggest) “Fear”, tremendo. Y si hay que cambiarse los instrumentos y bajarse a desfasar abajo, ¡vamos!, con Pedro, Raúl y tal entre el respetable. Esto va de pasarlo bien, de ofrecer un gran concierto pero también de disfrutar, de dejarse llevar y de seguir siendo heavy y dejar lo politicamente correcto para otros.
Y nada, seguiríamos un buen rato, pero no podíamos sudar más, ni ellos macarrear más, así que tras casi dos horas (y sin el casi) nos tocaba cerrar con el superclásico del grupo, en esa versión alargada que tanto nos gusta del “Energy” que te recarga las pilas para varias vidas y te da fuerza para aguantar otros tantos años de grunge, de moderneo, de metalcore o de cualquier nueva moda que nos quieran vender para sustituir al maletrecho, caduco y desfasado heavy metal clásico.
A la mierda, bastardos, ¡a VHÄLDEMAR que vais!
Texto: David Esquitino (david.esquitino@redhardnheavy.com) / Fotos: Mar Fuertes
Searching the truth, knowledge and wisdom, looking for signs in the sky
Somewhere in world, somewhere in time, I’ll find the secrets of life!
Galería completa de fotos de VHÄLDEMAR en Madrid en este enlace.
No tenemos vídeo de Madrid pero sí del Z! Live hace unos días en Zamora, ¿lo vemos para cerrar la crónica?